Antes que nada debemos tomar en cuenta que en Alemania se utilizó el termino tercer Reich «Gran Reich alemán» (Grossdeutsches Reich), producto de la propaganda nazi, que contaba al Sacro Imperio Romano Germánico como el primer Reich o imperio, al Imperio alemán de 1871 como el segundo y a su propio régimen como el tercero. Cabe destacar las aspiraciones de Hitler, para ser pintor, esto le motivo a apoyar el desarrollo de las artes de manera afín a la ideología nazi, así como la educación las artes fueron utilizadas por la maquinaria propagandista del partido nacional socialista alemán para afianzar su poder y reeducar a los alemanes de acuerdo a sus ideologías de supremacía racial. La arquitectura no fue dejada aparte y con Albert Speer, bajo su mando Hitler se propuso convertir a Berlín en la capital más imponente del mundo.
Debemos analizar que la arquitectura en el caso de los países dominados por regímenes totalitarios son un reflejo del alma de la persona que se encuentra a la cabeza de la misma, la arquitectura del tercer Reich tomo como base los elementos de la arquitectura clásica de la época del imperio romano, tanto porque Hitler se manifestó admirador de la misma, la concepción histórica del mismo que considero a los romanos como verdaderos arios así como por el contexto histórico en el que se basó el sistema nazi para denominar su periodo histórico como el tercer imperio, siempre recordando que bajo Carlomagno se fundó el Sacro imperio Romano Germánico. Esto podría formar parte del plan de Hitler para exaltar el nacionalismo que resulto ser la base del nazismo. Así mismo el aumento de las proporciones de los elementos arquitectónicos, estaría muy relacionado con el hecho de afianzar la ideología de la grandeza de las proezas germanas, la idea de Hitler sobre su propia grandiosidad haciendo que por ende la arquitectura se convirtiera para todo alemán en la prueba irrefutable de la avasallante personalidad de Hitler, capaz de enardecer a las masas mediante su oratoria, con esto no quedaría duda de que Alemania se encontraba en su tercer renacimiento.
Mientras planeaba estas estructuras, Speer inventó el concepto del
«valor de la ruina»: los grandes edificios debían ser construidos de tal manera
que fueran ruinas estéticamente agradables pasados miles de años, como
testamentos de la grandeza del Tercer Reich, del mismo modo que las ruinas
grecorromanas eran símbolos de la grandeza del mundo de la antigüedad clásica. Hitler
abrazó con entusiasmo estos conceptos y ordenó que los edificios más
importantes del Reich fueran construidos de acuerdo a ellos.
El mismo Albert Speer nos
explica parte del concepto arquitectónico de la Alemania nazi él dijo: «Las construcciones modernas no eran muy
apropiadas para constituir el puente de tradición hacia futuras generaciones
que Hitler deseaba: resultaba inimaginable que unos escombros oxidados
transmitieran el espíritu heroico que Hitler admiraba en los monumentos del
pasado. Mi teoría tenía por objeto resolver este dilema: el empleo de
materiales especiales, así como la consideración de ciertas condiciones
estructurales específicas, debía permitir la construcción de edificios que
cuando llegaran a la decadencia, al cabo de cientos o miles de años, pudieran
asemejarse un poco a sus modelos romanos»
Podemos notar el amor de Hitler
por lo clásico por sobre lo moderno cuando este despreció el diseño de Werner March para el Estadio
Olímpico de los Juegos
Olímpicos de Berlín de 1936
por considerarlo muy moderno, Speer modificó los planos añadiendo un exterior de
piedra.
Otro diseño de Speer donde se trató
de demostrar la supremacía del poder nazista fue el diseñó del pabellón alemán
para la Exposición Internacional de París de 1937, donde los pabellones alemán y soviético estaban el
uno frente el otro. Sabiendo, gracias a una filtración clandestina de sus
planos, que los soviéticos iban a construir dos figuras colosales que parecerían avanzar hacia el pabellón
alemán, Speer modificó su diseño para incluir una enorme masa cúbica que se
oponía a su avance, rematada en la parte superior por una gran águila que
miraba hacia abajo a las dos figuras soviéticas. Ambos pabellones fueron
galardonados con medallas de oro por sus diseños.
Entre las obras destacadas
que han sobrevivido a nuestros años son el Aeropuerto de Berlín-Tempelhof
y Prora,
una estación vacacional construida en la isla de Rügen.
Dentro de los planes de Hitler y
Speer, se encontraba el plan maestro para para reconstruir Berlín como capital
del mundo, Welthauptstadt
Germania. Speer elaboró un
trazado que se basaba en una larga avenida de cinco kilómetros que corría de
norte a sur y que el arquitecto llamó Prachtstrasse, la Calle de la
Magnificencia, o también el «Eje norte-sur».En el extremo norte de esta
avenida Speer dispuso la Volkshalle, un enorme edificio de asamblea cerrado por una
gigantesca cúpula de más de 200 metros de altura y con espacio interior para
180 000 personas. En el extremo sur de la avenida habría un arco de triunfo, también de colosales proporciones, de al menos 120
metros de altura y capaz de contener el Arco de
Triunfo de París.
CONTINUARA...
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