A pesar de poseer regímenes
dictatoriales, fascistas y nacionalistas. Alemania e Italia desarrollaron
arquitecturas diferentes en época de dictadura. El desarrollo diferenciado se basó
en el hecho de que la Alemania nazi fue más opresiva mientras la Italia fascista
de Mussolini fue más participativo permitiendo algunas libertades.
En este contexto, en un
número de la revista "Rassegna Italiana", el Grupo 7 se
presentó al público señalando los nuevos principios que debía seguir la
arquitectura, en concordancia con las ideas modernistas que surgían en
distintas partes de Europa. Se postulaba el retorno a la forma pura, esencial, que
exprese la funcionalidad de las construcciones, rechazando la ornamentación y
la decoración, por medio del constante uso de la "racionalidad". Esta
públicación es considerada como el "Manifiesto del Racionalismo
Italiano".
Debido a las ciertas libertades permitió
el desarrollo de una doble naturaleza en la arquitectura que se desarrollo en
la Italia fascista, por un lado desarrollara una estrecha relación con el racionalismo
arquitectónico propio de la
denominada arquitectura
moderna (movimiento
moderno o estilo
internacional), mientras que
por otro lado, se desarrolló otra más vinculada al neoclasicismo y el historicismo típico de las arquitecturas totalitarias.
Entre los
arquitectos más identificados con la corriente fascista de la arquitectura
italiana esta Marcello Piacentini ,
sus edificios se caracterizan por una monumentalidad de inspiración clásica.
Creó un estilo que podría denominarse Neoclasicismo simplificado, un
hibrido entre lo racionalista y lo clásico, aunque siempre respetando la
monumentalidad para transmitir al usuario la fuerza y el poder. Por lo que el
este estilo fue predominante en las edificaciones públicas y en las grandes
avenidas como la famosa via della conciliazione
Los planes por modernizar la
ciudad se basaron en las reformas urbanísticas de Livorno, siguiendo los principios de la arquitectura
racionalista italiana entonces
en vigor, demoliendo edificaciones con el fin de crear efectos de majestuosidad
y grandes avenidas y circunvalaciones. En este plano se enmarcaba el plan de la
Tercera Roma,
el proyecto de Roma fascista de Mussolini, después de la Roma antigua y la Roma
cristiana. En este edificio se puede apreciar un enorme estela monumental que,
con las técnicas del bajorrelieve usadas para las columnas conmemorativas en la
antigua Roma, representa a un Benito Mussolini a caballo que, como un emperador
romano, entra triunfal en sus dominios con el brazo levantado en el tradicional
saludo fascista.
Los regímenes totalitarios
vivieron en una ambivalencia, pues propugnaban una dilución del individuo en
pos de la nación, por lo que realzaban el nacionalismo, sin embargo a su vez
los cabecillas de cada régimen fascista buscaron el realce de su figura
mediante proyectos megalómanos y sacados de proporción el Duce italiano no fue
la excepción.
CONTINUARA...
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