miércoles, 19 de junio de 2013

ARQUITECTURA Y PODER 3-5



A pesar de poseer regímenes dictatoriales, fascistas y nacionalistas. Alemania e Italia desarrollaron arquitecturas diferentes en época de dictadura. El desarrollo diferenciado se basó en el hecho de que la Alemania nazi fue más opresiva mientras la Italia fascista de Mussolini fue más participativo permitiendo algunas libertades.
En este contexto, en un número de la revista "Rassegna Italiana", el Grupo 7 se presentó al público señalando los nuevos principios que debía seguir la arquitectura, en concordancia con las ideas modernistas que surgían en distintas partes de Europa. Se postulaba el retorno a la forma pura, esencial, que exprese la funcionalidad de las construcciones, rechazando la ornamentación y la decoración, por medio del constante uso de la "racionalidad". Esta públicación es considerada como el "Manifiesto del Racionalismo Italiano".
Debido a las ciertas libertades permitió el desarrollo de una doble naturaleza en la arquitectura que se desarrollo en la Italia fascista, por un lado desarrollara una estrecha relación con el racionalismo arquitectónico propio de la denominada arquitectura moderna (movimiento moderno o estilo internacional), mientras que por otro lado, se desarrolló otra más vinculada al neoclasicismo y el historicismo típico de las arquitecturas totalitarias.

Entre los arquitectos más identificados con la corriente fascista de la arquitectura italiana esta Marcello Piacentini , sus edificios se caracterizan por una monumentalidad de inspiración clásica. Creó un estilo que podría denominarse Neoclasicismo simplificado, un hibrido entre lo racionalista y lo clásico, aunque siempre respetando la monumentalidad para transmitir al usuario la fuerza y el poder. Por lo que el este estilo fue predominante en las edificaciones públicas y en las grandes avenidas como la famosa via della conciliazione
Los planes por modernizar la ciudad se basaron en las reformas urbanísticas de Livorno, siguiendo los principios de la arquitectura racionalista italiana entonces en vigor, demoliendo edificaciones con el fin de crear efectos de majestuosidad y grandes avenidas y circunvalaciones. En este plano se enmarcaba el plan de la Tercera Roma, el proyecto de Roma fascista de Mussolini, después de la Roma antigua y la Roma cristiana. En este edificio se puede apreciar un enorme estela monumental que, con las técnicas del bajorrelieve usadas para las columnas conmemorativas en la antigua Roma, representa a un Benito Mussolini a caballo que, como un emperador romano, entra triunfal en sus dominios con el brazo levantado en el tradicional saludo fascista.
Los regímenes totalitarios vivieron en una ambivalencia, pues propugnaban una dilución del individuo en pos de la nación, por lo que realzaban el nacionalismo, sin embargo a su vez los cabecillas de cada régimen fascista buscaron el realce de su figura mediante proyectos megalómanos y sacados de proporción el Duce italiano no fue la excepción.


CONTINUARA...

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